– Estoy dispuesta a seguir este camino
– ¿Qué camino es?
– Seguirme a mí. No importa lo que otros digan o parezca que debe ser. Puede que funcione para ellos, pero ellos no son yo
– ¿No?
– Sí, ya sé eso de que todos somos uno. No me refiero a ese aspecto. Sólo a que, cuando tenga que decidir, me quedaré con lo que siento.
– ¿Es importante para ti?
– Lo es. Esta mañana he visto cuántas veces he probado todo lo demás, buscando un resultado. Y está bien, a mí también me gusta experimentar. Es sólo que cada vez me importa menos el resultado y más vivir esta maravillosa sensación de seguirme a mí, este sentimiento que me invade cuando me paro y respiro. Esta paz.
– Has cambiado mucho, pero, en el fondo, eres igual
– Sí, igual de impulsiva y, a la vez, persistente. Igual de emotiva y, a la vez, tranquila. Sigo admirando el mar y los bosques, y la tecnología. Tan sólo ha cambiado una cosa: mi equipaje.
– Bienvenida
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