Nada en la Maleta

Aprendiendo a vivir

Empecemos.

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– ¿Cómo puedo encontrar la felicidad? – preguntó.

– Haz las cosas sencillas.

– A veces parecen muy complicadas.

– Eso es porque tienes muchos cristales delante de los ojos, desviando la luz. Pero, aunque lo veas, aunque lo observes, has de saber que eso no te lleva a la felicidad, sólo es aquello que aún no comprendes.

– ¿He de resolverlo todo para ver la felicidad? ¿está detrás?

– ¿Qué crees tú?

Permaneció un minuto pensando. Después, dijo con una voz calmada:

– Creo que las cosas se pueden ir resolviendo poco a poco, que no es necesario girar toda la rueda de golpe. Hay toda una vida para aprender. Quizá yo giré con mucha fuerza. Me habría encantado tener una mano, alguien al lado que me hubiera dicho cómo vivir cada paso del camino, aquellos que me costaron tanto en los últimos tiempos. No sabía cómo era, si alguna vez lo supe, lo había olvidado, y me costó reencontrarlo. No, no creo que sea necesario resolverlo todo de una vez, basta con saber cómo dar el siguiente paso.

– ¿Crees que puedes ayudar a otros que estén en esa situación? ¿ser esa mano y ayudarles a dar el siguiente paso?

– Puedo

– Bien. Empecemos entonces.

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