Querido amigo, las cosas no son casi nunca lo que parecen. Lo vemos todo desde nuestra propia perspectiva y, poco a poco, vamos componiendo un mundo en el que vivimos permanentemente.
Unos dicen que hay que cambiar lo que hay fuera, otros que cambiemos lo que hay dentro. Y resulta que la vida, en sí, es puro cambio, sin necesidad de nada más.
Quizá no se trata de cambiar, sino, precisamente, de no resistirse al cambio, aferrarse al pasado o querer dirigir el futuro. De disfrutar de la experiencia, de los recuerdos, estar abiertos, tener ilusión por el futuro y vivir el presente.
Todo existe, todo es. Y en ese todo permanente e inmutable, donde ya existe cada posibilidad, nosotros vamos experimentando porciones de ella en una danza continua.
Esa parcialidad es lo que nos hace únicos a cada uno. Tu visión del mundo sólo la tienes tú.
El cambio es parte de nosotros. Cambiamos para tener una experiencia diferente.
Y en el interior, nuestra esencia es eterna e inmutable, y lo contiene todo.
¿La sientes?