Querido amigo, hoy he vuelto a verla. Se me ha acercado en uno de esos momentos inesperados, cuando estaba distraída en cosas cotidianas.

He oído su voz y me ha dicho «siente ahora», y ha sido como una inundación de luz. Uno de esos momentos mágicos.

He recordado lo que es la ilusión por estar con alguien a quien amas. Cómo ese simple pensamiento hace que no te importe nada más, ni las circunstancias, ni lo que ocurra alrededor. Cómo, si aprovechas esa oportunidad de amar que te brinda la otra persona, puedes llenar todo el espacio con tu propio corazón.

Ni siquiera había nadie allí. Sólo el sentimiento.

Un instante de conexión donde sientes que no te importa nada más que vivir ese momento. Que sólo por él ya cobra sentido estar ahí.

Un instante en que percibes lo que es amar con libertad, con paz interior, sin pensamientos que se interpongan en tu mente.

Ese momento en que sabes que podrás disfrutar de la otra persona y de lo que tienes para ella, completamente, que podrás entregarte a ese amor con todo lo que eres, porque ya no hay barreras ni heridas, ya no hay dolor. Sólo amor.

Lo había olvidado… pero todos los sentimientos están ahí para que los sintamos cuando estamos listos, no sólo los de tristeza o soledad, también los de felicidad.

Ella hoy ha venido a traerme otro regalo.