Hoy ha vuelto a visitarme.
He sentido su enorme fuerza, dentro de esa paz que siempre trae consigo.
Ella nota cuando me pierdo, y cuando llega, sólo tengo que escuchar. Entonces, lo veo todo claro.
Hoy me ha enseñado cómo me estaba enredando en los detalles, cómo había interpretado desde la norma y no desde la libertad.
Siempre llega cuando es oportuno, aunque no siempre haya escuchado.
Ahora, por fortuna, sí.
Y cuando me he soltado de las zarzas y he retomado mi guía, que es mi sensación interior, digan lo que digan fuera, todo ha comenzado a recolocarse solo.
Ahí, ha vuelto la paz.
Aun quedan algunos detalles, pero ya estoy de nuevo en marcha.
Gracias a las zarzas, porque con ellas he des-aprendido un poco más.
Gracias
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